A menudo el ser humano tiene unas estrategias de comunicación
en las que te están diciendo algo, pero detrás existe una doble intención.
¿Cuantos mal entendidos a lo largo de los tiempos habrán
sucedido por no decir las cosas claras? Los mensajes que damos casi siempre
llevan debajo una intención de fondo. Queremos decir algo pero, si los demás no reaccionan como a nosotros nos gustaría,
encima nos enfadamos.
¿Por qué es tan complicado simplemente decir lo que
sentimos, sin pensar en que el otro se va a sentir ofendido? Ahí está el quid
de la cuestión. Muchas veces anticipamos lo que el otro puede pensar de
nosotros si le decimos lo que realmente pensamos. Incluso a veces queremos
decir algo concreto pero acabamos haciendo daño.
¿Cuántas relaciones rotas? Ella le pregunta a él: -¿te gustaría
formar una familia conmigo?. En realidad ella solo quiere sentirse segura de
que él la quiere y va a seguir con ella hasta el final. Él en ese momento
estaba tomando una sopa y del susto se le han salido los fideos por la nariz. Él
piensa: - ¿Por qué me pregunta esto? ¿Será por qué se quiere casar? ¿No tenemos
dinero para casarnos todavía?. Él le contesta: - sí, pero todavía no es el
momento. A ella no le gusta la respuesta ni la absurda reacción de él y esa
noche se queda sin sexo.
Esto es solo un ejemplo de una pareja cualquiera, en la que
ninguno de los dos está diciendo lo que siente. Los dos dan un mensaje que no están
nada claros, respecto a lo que de verdad están queriendo decir.
En multitud de ocasiones, incluso, nos ponemos violentos. En
vez de expresar claramente lo que nos hace sentir una persona con sus actos, la
desvaloramos, emitimos juicios y dictamos sentencia. Encima la persona a la que
se lo decimos se siente peor.
Aquí van algunos ejemplos:
“estas todo el día en las nubes” (cuando en realidad lo que
quiere decir es, que me preocupo por ti porque no te veo hacer cosas
productivas)
Palabras como “siempre..”, “nunca…”," siempre que…”. Con
ellas estamos exagerando y dejando a la otra persona por debajo de nosotros.
Cuando estés enfadado, no la pagues con la gente que
quieres, vete al campo y desahógate, pega cuatro gritos, golpea una almohada o
haz ejercicio. La cuestión es no herir a las personas que después de tu enfado
se van a sentir influidas por haberlas tratado mal.
Es cuestión de inteligencia emocional, si tienes una persona
cercana que utiliza estas formas de comunicarse, Aprende a separar lo que está
diciendo (la forma de decirlo) con lo que realmente quiere decir ( el fondo,
las dobles intenciones). El día que inventen una máquina que traduzca la forma
de decir las cosas en trasfondo, el mundo será más empático y se terminaran las
guerras y los conflictos.
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